Este verano cogimos un avión y nos plantamos en un pueblo que está muy cerquita de París, Essarts-le-Roi. Allí estaban Yann y Julie radiantes, 24 horas antes de la ceremonia. Nada más llegar plantamos nuestras maletas, sacamos las cámaras y fuimos con los novios a los campos de secano que rodean a este precioso municipio francés. Allí Yann y Julie se entrenaron y soltaron la sonrisa para lucirla, al día siguiente, en todo su esplendor. La boda fue encantadora e inolvidable.